La historia de estas gomitas te dejara con ganas de comerlas todas

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1911
nasar ramadan dagga
gomitas
Foto: Referencial
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A cuantos de nosotros no nos gusta disfrutar de unas deliciosas gomitas, ácidas o dulces, de todas las formas, tamaños, sabores y colores, estos bocadillos a base de gelatina llenan de alegría a todos.

gomitas
Foto: Referencial

Este dulce es una representación tierna del animal, similar a un peluche, de aproximadamente dos centímetros, con variedad de colores y sabores frutales. Curiosamente, estos coloridos ositos tienen una historia detrás de su aparición en los corazones de los más fervientes consumidores de “chucherías”.

Corría el año de 1922 y en la pequeña ciudad de Bonn, Alemania, se realizaban todavía las típicas ferias y festivales circenses de la Europa del siglo XIX. Fue en ese momento cuando Hans Riegel, confitero de la zona, tuvo una brillante idea al observar a los osos amaestrados que se paseaban por el pueblo: crear un dulce con la forma de estos peludos y grandes animales.

Reigel ya tenía experiencia en el mundo de la dulcería. Para 1920 fundó su empresa dedicada a la manufactura de diversos dulces. Esta productora, que aún se mantiene activa, sería nombrada Haribo, un acrónimo de Hans Riegel y Bonn. Aquí el famoso confitero dio sus primeros pasos con caramelos duros, los cuales no tuvieron éxito y lo llevaron a experimentar con gelatina, clave en su futura gloria.

Los primeros Gummibärchen, nombre de los gummy bears en Alemania, se realizaron en la casa de Hans. En su patio se inició la manufactura, utilizando un saco de azúcar, grenetina, una caldera de cobre y una cocina de piedra. Los primeros ositos de goma eran con una forma más alargada que la conocida actualmente y solo contaban con tres colores: amarillo, rojo y verde. Todos sus sabores eran de esencias frutales. Se llamaban Tanzbären (osos bailarines) en honor a la fuente de inspiración de esta invención.

Estaban destinados principalmente a los niños y eran sumamente baratos. A eso se debió su popularidad, además de su rico sabor. Apenas costaban un céntimo de marco alemán. Incluso, durante la gran depresión económica, Haribo priorizó que sus creaciones estuvieran entre los precios más asequibles.

Posteriormente, la compañía dulcera comercializó lo que hoy conocemos como los gummy bears. En una presentación más pequeña, llegaron los Goldbaren (osos dorados). Estos no se comercializaron más, porque acapararon totalmente la atención.

Hoy en día, Haribo cuenta con más de seis mil trabajadores, cinco fábricas en Alemania y trece en el resto de Europa.

Con información de Cocina y Vino


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