El jefe de una empresa de construcción de Hanzhong, en China, tiene una manera muy particular de hacer que sus empleados logren cumplir los objetivos de ventas, y es nada más y nada menos, que los obliga a comer gusanos en público.
Todo comenzó, cuando el empresario reunió a alrededor de 60 jóvenes de la plantilla de su compañía, de los cuales los 5 o 6, tenían los índices de ventas más bajos, y cada uno de ellos tuvo que tomar gusanos vivos e ingerirlos frente a todos los demás.
Algunos de los trabajadores apoyan este castigo, porque en su opinión estiman a aumentar el entusiasmo entre sus compañeros. “Por cada cliente perdido tenemos que comer 4 gusanos de harina”, aunque en otras ocasiones “ingerimos calamares vivos y hormigas“, confesó uno de los asalariados.
Sin embargo, muchos chinos desaprueban esta medida y comparten la opinión de que cada personas debe ser tratada con más respeto. Es por esto, que Zhao Xiaodong, un abogado de la provincia de Shaanxi, considera aceptable que un ejecutivo controle la labor de sus subordinados, pero piensa que resulta absolutamente inapropiado forzarles a realizar determinados actos.
Con información de RT
