El principal representante del Vaticano el Papa Francisco, dijo que ninguna forma de violencia representa la verdadera naturaleza de la religión, sino que es su deformación y contribuye a su destrucción.
Ante líderes religiosos y políticos de todas partes del mundo reunidos en la ceremonia de clausura del encuentro interreligioso, que se efectuó este miércoles en la plaza de San Francisco de la ciudad de Asís en Italia, el papa hizo un llamado para condenar la utilización del nombre de Dios para justificar la violencia, al mismo tiempo que subrayó, que sólo la paz es santa y no la guerra.
“No podemos permanecer indiferentes, el mundo tiene ardiente sed de paz. Muchos países sufre por las guerras, esto es causa de sufrimiento y de pobreza”, recalcó el máximo representante del Vaticano.
Francisco agregó que la gran enfermedad de la sociedad modernas es “la indiferencia”, un virus que paraliza, que vuelve inertes e insensibles, un trastorno que ataca el centro mismo de la religiosidad, provocando un nuevo y triste paganismo; el paganismo de la indiferencia.
En este contexto, el representante opinó que las guerras, el terrorismo y la violencia que existen en diversas partes del mundo y defendió fomentar la paz que tanto anhela la humanidad. “Paz quiere decir perdón, fruto de la conversión y de la oración, pero también quiere decir disponibilidad para el diálogo y, superación de la cerrazón”, ratificó.
Por consiguiente, dirigió un mensaje a los líderes de los países, para que sigan buscando la paz, sin cansarse y siempre mirando más allá de los intereses particulares.
Finalmente, el pontífice hizo un llamado a las personas con independencia de su confesión religiosa, a que se reúnan y susciten concordia, especialmente donde hay conflictos y se liberen de las pesadas cargas de la desconfianza, de los fundamentalismos y del odio.
Con informacion de Noticias Terra
