Luego del rechazo al veto migratorio del presidente de Estados Unidos Donald Trump el mes pasado por parte de una corte federal de ese país, el mandatario tuiteó una advertencia: “Los veo en la corte, la seguridad de nuestra nación está en la parte”.
Desde ese momento, el sistema judicial norteamericano no tuvo oportunidad para un pronunciamiento definitivo sobre el caso antes de que Trump reemplazara su orden ejecutiva migratoria el lunes con una versión más reducida, que sigue según sus críticos sigue siendo más aceptable aunque sigue siendo problemática.
“Lo importante es que el presidente capituló en numerosas provisiones clave que reclamamos en los tribunales hace un mes”, dijo el responsable de Justicia del estado de Washington, Bob Ferguson, que encabezó el desafío legal contra la primera norma, en una conferencia de prensa el lunes.
Pero la norma original pretendía en parte “perseguir a países de mayoría musulmana”, explicó Ferguson. “Seguimos teniendo preocupaciones sobre ese propósito”.
El nuevo decreto prohíbe temporalmente la emisión de nuevos visados para ciudadanos de seis naciones de mayoría musulmana — una menos que la original tras sacar a Irak de una lista en la que figuran Irán, Siria, Somalia, Sudán, Yemen y Libia. Además, suspende el programa estadounidense de refugiados en su totalidad.
La medida afecta solo a refugiados que no están ya de camino a Estados Unidos y a quienes solicitan una nueva visa. Además, se retiró la redacción que daba prioridad a las minorías religiosas, una cláusula que algunas personas interpretaron como una manera de ayudar a los cristianos a ingresar al país y excluir a los musulmanes.
Con información de El Nuevo Día
