Se han preguntado alguna vez ¿por qué algunas canciones no se borran de la mente y siguen sonando reiteradamente en sus cabeza? Ahora los científicos saben el por qué y han dado con la forma de evitar que ello ocurra.
Un grupo de psicólogos británicos de la Universidad de Durham que estudian el fenómeno de la imaginación musical involuntaria (INMI, por sus siglas en inglés) revelaron qué tiene que reunir una melodía para que no deje de reproducirse en nuestra mente. Los resultados del trabajo, que se basó en una encuesta a 3.000 personas a las que se les preguntó por las canciones más pegadizas, fueron publicados en la revista “Psychology of Aesthetics, Creativity and the Arts”.
Aunque los psicólogos llevan mucho tiempo examinando los orígenes de este fenómeno que los científicos apodan los “gusanos del oído”, hasta ahora no habían sido capaces de determinar qué factores vuelven contagiosa a una pieza. Sin embargo, esta vez los científicos dieron con los criterios concretos: las melodías que más a menudo resultan pegadizas para nuestro cerebro poseen una línea melódica bastante común, no muy complicada pero a la vez tampoco demasiado simple.
Ello queda de manifiesto en el hecho de que la mayoría de las canciones nombradas por los encuestados pertenecen al género pop. Además, son rítmicas y son cómodas de seguir mientras se baila o corre. El ritmo contribuye a que sea más fácil memorizarlas.
Tras determinar que el 90% de las personas experimentan el fenómeno de INMI al menos una vez a la semana, los investigadores han elaborado unos consejos para poder borrar de nuestra mente una melodía pegadiza lo más rápido posible: poner esta canción y escucharla hasta el final; empezar a escuchar otra (pero en este caso hay un peligro de que te pegue esta) o repetirla en tu mente deliberadamente hasta que te deje en paz.
Con información de Actualidad RT
