Para lucir una piel hermosa y saludable tienes que tener una rutina de cuidado diario, de esta forma, logras eliminar las impurezas y mejoras la apariencia del rostro.
Por lo general, los exfoliantes naturales son elaborados con sal o azúcar, sin embargo, existe un dilema entre cuál es el mejor para la piel.
No obstante, ambos alimentos ofrecen beneficios, la elección debe venir según las necesidades de tu piel.
A base de azúcar
Son perfectos para las pieles sensibles debido a que al diluirse con agua caliente solo llegan a rascar la piel. Son bastante suaves, más que los exfoliantes hechos con sal.
Poseen un aroma agradable. No causan picazón ni enrojecimiento en la piel.
Ingredientes: media taza de aceite de coco, una cucharadita de esencia de vainilla y media taza de azúcar morena.
Elaboración: primero, comienza mezclando todos los ingredientes hasta que se integren por completo. Después de eso, extiende la preparación sobre el rostro y masajea suavemente por cuatro minutos. Finaliza, retirando el exfoliante natural con agua tibia.
A base de sal
Al ser un ingrediente grueso, resulta un producto casero más fuerte que no se deshace fácilmente. Suele rascar más y por ende causa enrojecimiento.
Los exfoliantes naturales de sal son ideales para las personas que tienen pieles secas porque ayudan a eliminar las células muertas, durezas y sequedad. De este modo, son buenas opciones para los que sufren de acné.
Por otro lado, al escoger este tipo de exfoliante le aportas minerales a la piel. Además, este producto logra eliminar las impurezas y toxinas.
Ingredientes: media taza de sal marina, un tercio de aceite de almendra, coco o uva, una cucharada de lavanda seca y 10 o 16 gotas de aceite esencial de lavanda.
Elaboración: combina todos los ingredientes hasta incorporarlos por completo. Después de eso, aplica sobre el rostro y el cuerpo. Puedes usarlo mientras te das un baño. Enjuaga con agua natural.
Más datos
Estos productos caseros no son para uso cotidiano, su aplicación debe ser cada 15 días o 1 vez al mes. Por otro lado, aplica un poco sobre la quijada antes de hacerlo en todo el rostro. Si observa un comportamiento anormal, retire el producto.
Otro dato, al salir de la ducha, recuerda usar crema humectante en el rostro o bien, pasa un algodón embebido en leche por toda tu piel para nutrirla de una manera más profunda y completar el tratamiento.
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