Un padre afgano desesperado ha dicho que está dispuesto a vender a su hija por sólo 580 dólares para poder salvar al resto de su familia de la inanición, y dar a la niña de cuatro años una oportunidad de tener una vida mejor.
El expolicía Mir Nazir declaró a The Times of London que ya está negociando para empeñar a su hija menor, ya que su familia lucha por sobrevivir tras el colapso de la economía del país después de la toma del poder por los talibanes.
“Pero mi propia muerte no salvaría a nadie de mi familia. ¿Quién alimentaría a mis otros hijos? No se trata de una elección. Se trata de desesperación”, dijo.
Nazir dijo que ni siquiera puede pagar el alquiler, y mucho menos la comida, después de perder su trabajo como policía apenas unos días antes de que los talibanes tomaran el poder, lo que hizo que la economía de Afganistán cayera en una espiral de tipos de cambio casi récord.
Crisis en Afganistán
“Recibí una oferta del dueño de una tienda, un hombre que conocía y que no tenía hijos”, continuó este padre de cinco hijos que ahora intenta ganar dinero como mozo en un bazar de la capital, Kabul.
“Me ofreció 20.000 afganis para que mi hija Safia viviera con él y empezara a trabajar en su tienda”, dijo, refiriéndose a lo que equivale a apenas 230 dólares en Estados Unidos.
“Pero no puedo vender a mi hija por un precio tan bajo, así que le pedí 50.000”, dijo, que serían unos 580 dólares.
“Todavía estamos discutiendo. Ella puede tener un mejor futuro trabajando en una tienda que quedándose conmigo, y el precio puede salvar a mi familia”, dijo, señalando que el comprador prometió que podría “comprarla de nuevo” si más tarde conseguía suficiente dinero.
“Estamos aliviados de que la guerra y los combates hayan terminado… pero todos nos enfrentamos a un nuevo enemigo: la pobreza”, declaró Nazir al periódico británico.
Preocupación tan mala como la guerra
“Trabajar, sin tener nunca lo suficiente para pagar las facturas, y volver a casa para ver a tu mujer y a tus hijos cada vez más hambrientos mientras te hundes cada día en peores deudas sin ninguna esperanza de que las cosas mejoren es una forma de dolor y preocupación tan mala como la guerra”, dijo.
A pesar de su decisión casi impensable de vender a su hija, Nazir dijo al reportero del Times Anthony Loyd: “No creas que soy diferente a ti”.
“No creas que no amé a la niña que traje al mundo y que la he amado desde entonces, no creas que no me angustia la idea de vender a mi hija; simplemente no veo qué otra cosa puedo hacer”, dijo.
Su decisión se produce mientras el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas advierte que un tercio de los afganos pasan hambre y dos millones de niños están desnutridos.
“Más de la mitad de la población del país vive por debajo del umbral de la pobreza, y la inseguridad alimentaria va en aumento, en gran parte debido a que el conflicto y la inseguridad han aislado a comunidades enteras de las oportunidades de subsistencia”, ha advertido la mayor organización humanitaria del mundo.
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