Con el fin de crear conciencia mundial para eliminar el arsenal nuclear, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 26 de septiembre como el Día Internacional para la Eliminación total de las Armas Nucleares.
Analistas y diversos organismos a nivel mundial aseguran que el daño en la seguridad internacional, el aumento en el gasto militar y la tendencia al desarrollo de armas nucleares constituyen algunos de los desafíos que aún persisten
En julio del 2016, la ONU aprobó el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, con el voto a favor de 122 países, el rechazo de un Estado y la abstención de otro. El documento establece la prohibición del desarrollo, prueba, producción, adquisición, posesión, almacenamiento y transferencia de armas nucleares.
El acuerdo también obliga asistir a las víctimas y de atender los daños ambientales provocados por los ensayos con las armas nucleares. Asimismo, deja abierta la posibilidad de que los llamados Estados poseedores a incorporarse al tratado, tras cumplir los requisitos fijados.
La presión sobre la eliminación de las armas nucleares se debe a que provocan daños catastróficos y representan un peligro potencial a la humanidad y al medio ambiente. Sus efectos a largo plazo resultan devastadores.
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