Un día como hoy se conmemora el Día Mundial Contra la Esclavitud Infantil, en rememoración de la muerte del niño pakistaní, Iqbal Masih, forzado a trabajar en una fábrica de alfombras en Muridke, Punjab.
Iqbal, luego de ser esclavo durante seis años de su infancia, se convirtió en un luchador contra la explotación infantil. A la edad de cuatro años su familia lo cambió a un fabricante de alfombras por 600 rupias que se necesitaba como dote para que su hermano mayor se casara, de este modo terminó siendo esclavo como tejedor de alfombras.
Él y los otros niños esclavos de la fábrica trabajaban doce horas al día, atados fuertemente con cadenas para que no se escaparan. La deuda de la familia se hacía cada vez más grande, y las condiciones infrahumanas en las que Iqbal y sus compañeros vivían también. De hecho, Iqbal no llegó a pesar más de 20 kg al final de su vida y la altura que alcanzó fue de 1,20 m.
Cuando tuvo 10 años se escapó, luego de conocer que la Corte Suprema de Pakistán había declarado ilegal los trabajos de esclavitud, y se convirtió en férreo luchador contra la esclavitud infantil. Se unió a la Escuela del Frente de Liberación de Trabajos de Esclavitud donde eran formados los niños que fueron esclavos, y completó cuatro grados en dos años. Expresó su deseo de ser abogado para trabajar por la erradicación de la esclavitud infantil. Sin embargo, su sueño fue truncado, cuando el 16 de abril de 1995, a la edad de 12 años fue asesinado por el impacto que estaba logrando en contra de la esclavitud infantil.
Como Iqbal Masih, actualmente ocho millones de niños en el mundo son esclavos en las peores formas de trabajo ilegal y degradante. El 20 de noviembre de 1959, setenta y ocho Estados miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU), aprobaron como tratado internacional la Declaración de los Derechos del Niño, basada en los 10 principios de los Derechos del Niño de la Declaración de Ginebra de 1924, que conllevó a la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989 que contiene 54 artículos. El noveno de los principios de los Derechos del Niño reza lo siguiente: “El derecho a la protección contra cualquier forma de abandono, crueldad y explotación”.
Una de las frases célebres de Masih fue “Los niños deberían tener lápices en sus manos, no herramientas”.
Con información de Ivenezuela.travel
