El puesto no es remunerado. Los científicos de todo el mundo y los detectives de Internet examinarán cada movimiento. Completar la primera tarea con las herramientas disponibles, y a satisfacción de todos, será casi imposible.
A pesar de estos considerables obstáculos, más de 700 personas han solicitado puestos en un nuevo comité encargado de dar vida a la estancada investigación de la Organización Mundial de la Salud sobre los orígenes de la pandemia de coronavirus.
El comité, que se espera que se anuncie esta semana, representa un intento por parte del asediado organismo sanitario mundial de reajustar su enfoque para determinar cómo comenzó la pandemia. Nueve meses después de enviar un equipo de expertos internacionales a China, y de que sus conclusiones se vieran enredadas en la geopolítica y arrastradas por las preocupaciones sobre la influencia de Pekín, la OMS está tratando de inocular sus últimos esfuerzos del más mínimo indicio de deferencia indebida hacia China.
Su nuevo equipo asesor incluirá especialistas en campos como la seguridad de los laboratorios y la bioseguridad, un paso que, según los analistas, puede ayudar a aplacar a los gobiernos occidentales que presionan para que se considere si el virus surgió de un laboratorio. Y, lo que es más importante, el comité tendrá el mandato de opinar sobre la aparición de cualquier nuevo patógeno más allá de este nuevo coronavirus, lo que le dará una permanencia que podría ayudar a aislarlo de las disputas políticas y fortalecer la mano de la OMS para futuros brotes.
Estudio del origen del coronavirus
Maria Van Kerkhove, jefa técnica del COVID-19 de la OMS, dijo que el grupo -compuesto por unas dos docenas de virólogos, genetistas, expertos en animales y especialistas en seguridad- ayudaría a la organización a volver a sus raíces en medio del rencor y el partidismo del debate sobre los orígenes de los coronavirus.
“Especialmente a la luz de la politización de este aspecto particular”, dijo, “queremos volver a la ciencia, volver a nuestro mandato como organización para reunir a las mejores mentes del mundo para esbozar lo que hay que hacer”.
Muchos científicos creen que lo que más hay que hacer en la búsqueda de los orígenes de COVID-19 es algo que el nuevo grupo asesor no podrá conseguir: persuadir a China de que divulgue las pruebas de las primeras infecciones y permita a los investigadores inspeccionar los laboratorios de virología, las cuevas de murciélagos y las granjas de animales salvajes dentro de sus fronteras.
China ha reaccionado airadamente ante la idea de que el virus pueda haber surgido de un laboratorio, y en su lugar ha presionado para que se investiguen los primeros casos en otros países, como Italia, o en las instalaciones de investigación de Estados Unidos.
Aunque China se ha resistido a realizar estudios más profundos sobre los orígenes del virus, el gobierno de Biden ha presionado a la OMS para que renueve la investigación. El Departamento de Estado cuestionó de forma contundente los resultados de un estudio conjunto realizado en marzo por los científicos elegidos por la OMS y los investigadores chinos, en el que se afirmaba que una filtración del coronavirus desde un laboratorio, aunque posible, era “extremadamente improbable”.
Científicos chinos
Ese equipo de la OMS también tuvo dificultades para conseguir los datos que necesitaba de los científicos chinos. Los miembros del equipo, que se ha disuelto, advirtieron en agosto que se estaba agotando el tiempo para recuperar;pruebas cruciales sobre el inicio de la pandemia.
Pero no está claro si China ha seguido las recomendaciones del equipo para futuros estudios, incluyendo el análisis de los bancos;de sangre en busca de pruebas de infecciones tempranas por coronavirus, la realización de;pruebas a los trabajadores de las granjas de animales salvajes y la evaluación de los murciélagos;salvajes y los animales de granja en busca de signos de exposición.
Algunos científicos han dicho que los estudios de los mercados de animales chinos, y de los murciélagos que albergan parientes cercanos;del virus que está detrás de COVID-19, han reforzado su creencia de que el coronavirus pasó de forma natural de los animales a los humanos.
OMS
La OMS ha dicho que los investigadores chinos estaban llevando a cabo nuevos estudios, pero que no había sido informada de los resultados. “No tengo ningún detalle sobre lo que se hizo o se está haciendo”, dijo Van Kerkhove sobre la investigación china.
El presidente Xi Jinping dijo el mes pasado que China apoyaría “el rastreo de los orígenes basado en la ciencia”, pero que se;opondría a “las maniobras políticas en cualquiera de sus formas”.
El nuevo comité, conocido como Grupo de Asesoramiento Científico para los Orígenes de Nuevos Patógenos, diferirá en varios;aspectos del equipo que la OMS envió a China. Como ese equipo visitó Wuhan, China tuvo una influencia considerable sobre sus miembros. Este no es el caso del nuevo comité, un panel permanente que,;según Van Kerkhove, comenzará con reuniones frecuentes y a puerta cerrada sobre el coronavirus.
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