Desde la caída del muro de Berlín, hasta la caída de las Torres Gemelas; el mundo vivió un refrescamiento del modelo capitalista unipolar liderado por Estados Unidos.
Luego que la guerra fría liquidara la Unión de Repúblicas Soviéticas, un aparente estado de bienestar; en el llamado “fin de la otra historia” se sustentó en la explotación de mano de obra y materia prima en el llamado tercer mundo conseguido a través del control político; tutelaje servil o impuesto por la vía de las ocupaciones militares justificadas con adjetivos como “narco estado” “tiranía” “armas de destrucción masiva” etc.
En este contexto China trabajó para incorporarse progresivamente a través de relaciones bilaterales con el tercer mundo y algunos países de la UE avanzando en la conquista de mercados. Su método, ofrecer mano de obra; flexibilizaciones fiscales y seguridad jurídica en su territorio, que traían como consecuencia inversiones, sociedades mixtas, y productos a bajo costo.
Rusia hizo lo propio y se forzó una reconfiguración del tablero geopolítico.
La pandemia entonces vino a ponerle sello a una crisis que se venía gestando con el debilitamiento de una economía occidental; que tercerizó tanto sus costos con mudanzas hacia China que terminaron endeudados e instalados en el gigante asiático debilitándose a sí mismos.
Hoy, la Unión Europea se desploma ante una España e Italia abandonadas a su suerte en medio de una grave crisis que pone en evidencia que la UE; sólo sirvió para que las superpotencias tengan en el sur de Europa, espacios de veraneo.
No estoy seguro de cómo va a ser la reconfiguración del modelo económico.
Sólo sé que Keynes está muerto, y nadie se los va a devolver.
Msc.Marcos Meléndez
@marcosmelendezm
