Muchos de los niños proceden del oriente y centro de Venezuela hasta llegar al Táchira explicó Mora; pero cuando intentan pasar la línea limítrofe, observan que la realidad es otra.
Explicó Mora que “al llegar al Táchira se dan cuenta que necesitan más dinero y empiezan a trabajar. Quienes tienen familia acá, los menores son dejados con abuelos, tíos o primos y otros con vecinos, amigos o conocidos y esto viene a causar un alto índice de violencia. El abandono se da por parte de los padres aunque ellos no lo vean así, porque en búsqueda de ese futuro mejor, buscan otras alternativas y al dejar a sus hijos con otras personas hay un abandono. El abandono es que sus padres se van a otros países dejando a los hijos con terceros”.
Los niños y adolescentes presentan problemas de comportamiento registrando actitudes violentas o sumisas, indicó.
La funcionaria recordó que Intamujer está abierto y dispuesto a quien lo requiera además de dar atención gratuita, incluso psicológica.
Agregó que “lamentablemente cuando llegan al instituto es porque ya han sido víctimas de algún tipo de violencia psicológica, física o sexual”.
En el año 2018 fueron atendidos entre enero y noviembre, 10.000 casos de violencia indicó Mora, con mayor incidencia en la psicológica y la física.
Con información de El Nacional
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