Una dieta rica en ácidos grasos omega-3 podría reducir las migrañas hasta la mitad, especialmente en el caso de las mujeres jóvenes, según un nuevo estudio.
Los investigadores descubrieron que una dieta rica en omega-3 podría reducir los dolores de cabeza persistentes entre dos y cuatro al mes.
Los ácidos grasos, que pueden encontrarse en suplementos y en el pescado azul, también han demostrado tener un efecto beneficioso para el corazón.
Según el NHS, una dieta sana y equilibrada debe incluir al menos dos raciones de pescado a la semana, incluida una de pescado azul.
Publicada en el British Medical Journal (BMJ), la investigación contó con la participación de 182 personas -el 88% eran mujeres con una edad media de 38 años- que sufrían migrañas entre cinco y 20 veces al mes.
Las mujeres se dividieron en tres grupos, en los que la cantidad de ácidos grasos omega-3 (ácido eicosapentaenoico – EPA, y ácido docosahexaenoico – DHA) variaba según la dieta, mientras que el ácido omega-6 linoleico también se controlaba.
Durante el ensayo se proporcionó a los participantes fórmulas de aceite y mantequilla y alimentos proteicos, incluido el pescado, para conseguir los distintos niveles.
Reducir las migrañas
También completaron una prueba de impacto de la migraña y registraron la frecuencia de los dolores de cabeza diariamente con un diario electrónico.
Las que seguían una dieta alta en omega-3, de 1,5 g al día, experimentaron una reducción de dos días de dolor de cabeza al mes.
Por su parte, las mujeres de la dieta alta en omega-3 más baja en omega-6 vieron cuatro días menos de dolor de cabeza al mes.
Los expertos de la Universidad de Carolina del Norte señalaron que el estudio tenía limitaciones, entre ellas que se limitaba a mujeres relativamente jóvenes.
Sin embargo, afirmaron que el estudio “proporciona una demostración biológicamente plausible de que el dolor puede tratarse mediante alteraciones dietéticas específicas en humanos”.
En un editorial vinculado, Rebecca Burch, del Hospital Brigham and Women’s de EE.UU., afirmó que los resultados apoyan la recomendación de una dieta rica en omega-3 a los pacientes en la práctica clínica.
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