¡Suculento! Elaborar un pollo al ajillo para el almuerzo

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nasar ramadan dagga
pollo al ajillo
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A la hora del almuerzo, se desea preparar un plato que encante a todos por igual, así que puedes elaborar un pollo al ajillo.

Es una receta muy sencilla y la puedes variar dependiendo de tu presupuesto familiar. Es una gastronomía española que la puedes preparar desde la comodidad de tu hogar.

Por supuesto, el pollo es el ingrediente estrella, aromatizado con hierbas y ajo. Además que debe presentar un color uniforme, blanco o ligeramente amarillento, sin manchas, lo que será indicativo de una pieza fresca.

A muchos esta receta le recuerda la infancia, y es ideal para hacer el domingo al lado de la familia.

Ingredientes:

  • 1 pollo de corral troceado (2 kg.)
  • 8 dientes de ajo
  • 1 hoja de laurel
  • 300 ml. vino de Jerez o de un vino blanco de mi tierra, Ourense
  • Hierbas aromáticas: 1 ramita de romero fresco y tomillo (al gusto)
  • 75 ml. de aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta negra recién molida (al gusto de cada casa)
  • Para decorar le irá bien un poco de perejil o cilantro fresco picado (opcional)

pollo al ajillo

Cómo hacer el pollo al ajillo:

En una cazuela ancha ponemos a calentar abundante aceite de oliva y echamos los ajos sin pelar. Los cocinamos a fuego medio, estando pendientes de que no se nos quemen. La idea es que queden caramelizados y que sirvan de aromatizante de nuestro aceite. Cuando vemos que están blanditos tras unos 5 minutos, los retiramos y reservamos.

Añadimos los trozos de pollo a la cazuela con el aceite aromatizado de los ajos, junto con la hojita de laurel, la rama de romero y el tomillo.

El pollo debe de quedar bien frito, lo cual nos llevará unos 15 a 20 minutos por lo menos. Tenemos que estar pendientes de darle la vuelva a los trozos de vez en cuando para procurar que quede tostadito por todas partes. No se trata simplemente de dorarlo y sellarlo como cuando lo preparamos para un guiso. Lo que queremos es que el pollo quede perfectamente cocinado y tierno por dentro y tostadito por fuera.

Cuando vemos que nuestra carne está casi lista retiramos el exceso de aceite. Añadimos de nuevo los ajos que tenemos reservados y agregamos el vino. Seguimos cocinando la carne hasta que el vino se haya reducido casi por completo.

Si no tenemos vino de Jerez podemos emplear perfectamente cualquier otro vino blanco de calidad que tengamos por casa.

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