Como todos los 13 de mayo, se conmemoró el día de la Virgen de Fátima sin peregrinos, debido a la pandemia del coronavirus que fustiga al mundo.
En esta ocasión, la imagen de la Virgen estuvo rodeada de niebla y apenas medio centenar de personas que pudieron asistir tomando las medidas de prevención.
Por primera vez en la historia de Virgen de Fátima, la peregrinación se realizó sin peregrinos y con tampoco silencio. En la capilla de las apariciones y en un altar a los pies del templo, se ofició una misa a la que se ha permitido acudir sólo a aquellos que desempeñasen un papel en las ceremonias.
Según la tradición, la virgen se le apareció a tres niños pastores hace ya 103 años; desde allí las personas han sido fieles a su devoción a la virgen.
Pero, en este día tan atípico, Fátima estuvo cuajada hoy de situaciones inéditas. Pues se presentó, el encogimiento de hombros de los trabajadores del santuario al abrir la puerta que da a la explanada desierta («Es lo que hay») o el vacío de las zona de las velas, donde solo Pedro Luz enciende algunas que representan «promesas» de quien no puede venir, fueron dos ejemplos.
Igual que lo fue la emoción de los escasos presentes, que este año no era solo de fe, también de pena.
Lo normal, es que cada año se reúnen en la peregrinación internacional de los días 12 y 13 de mayo unas 200.000 personas, muchas de ellas venidas de todo el mundo por su fe ante la imagen de “Nuestra Señora”.
Pero, la decisión del Santuario a primeros de abril, cuando se anunció que las celebraciones serían retransmitidas y podrían seguirse por internet para no contribuir a la expansión de la Covid-19.
Puedes leer: ¡Sorprendente! Trabajador moldeó imagen del Nazareno en supermercado de Yaritagua
“Si quieres visualizar esta y otras noticias desde tu celular, síguenos en TELEGRAM
