Miles de animales de laboratorio, sobre todo ratones, han sido sacrificados en centros de investigación de Estados Unidos y Alemania.
Cuando la mayoría de la gente se aprovisionaba de papel higiénico debido al pánico del coronavirus, otros adquirían heno, jaulas y medicamentos veterinarios. Insectos, roedores, peces, ranas, pájaros y alpacas se sumaron a la lista de víctimas de la pandemia.
En marzo, investigadores estadounidenses reportaron de cómo los confinamientos dificultaban el cuidado de los animales de laboratorio. El sacrificio de las especies se debe en parte de la escasez de personal, reseña la agencia DW.
Esto se debe en parte a la escasez de personal, ya que las personas mayores y vulnerables optan por trabajar desde casa. La mayoría de los experimentos también se paralizaron. Una investigadora en Colombia incluso llevó 100 huevos de tortuga a su casa para protegerlos.
Diferentes centros de investigación adaptan sus planes de trabajo al escenario de la pandemia. Los animales de laboratorio son los más afectados. En el Centro Alemán de Investigación para la Salud Ambiental (HMGU), en Múnich, donde los científicos trabajan con roedores y peces, todos los nuevos experimentos fueron suspendidos.
Sin embargo, los animales se salvaron. Todo ello gracias a la excelente cooperación entre los cuidadores de animales, los científicos, los responsables del bienestar animal y el equipo de gestión de crisis, según Johannes Beckers, jefe del grupo de investigación.
Animales de laboratorio en peligro
Pero no todos los institutos de Alemania actuaron a tiempo para rescatar a sus animales. El Centro Max Delbrück de Medicina Molecular (MDC) de Berlín informó que 1.500 ratones y ratas jóvenes fueron sacrificados a causa del coronavirus.
Esto se debe a que la mayoría de los ratones y ratas utilizados en los experimentos tienen que tener una edad específica dependiendo de lo que se investigue. Estos animales de laboratorio eran demasiado jóvenes para utilizarlos en los experimentos. También serán demasiado viejos para el momento en que se reanuden los experimentos.
La pandemia además presenta un reto difícil a los laboratorios de investigación que trabajan con primates no humanos como los macacos rhesus y los titíes. Existe el riesgo de que los humanos transmitan una infección de SARS-CoV-2 a los monos.
Los científicos intentan conocer cuáles especies son más susceptibles de infectarse con el coronavirus. A partir de allí tomarán decisiones.