Tas casi un mes después de que varias Organizaciones No Gubernamentales (ONG) tomaran la Embajada de Venezuela en Washington con el fin de evitar el acceso de los integrantes del autoproclamado Presidente de Venezuela Juan Guaidó, se mantiene el asedio diplomático en contra de los activistas que laboran en el edificio.
Alrededor de 15 personas se encuentran dentro del recinto con la aprobación de funcionarios del Gobierno de Nicolás Maduro, quienes tienen la labor de proteger el activo venezolano.
La cofundadora de la organización feminista y pacifista Code Pink, Medea Benjamin, explicó que “Las primeras semanas fueron muy tranquilas […] y de repente, el 1 de mayo, esta multitud vino hasta aquí. Desde entonces, ha sido como una zona de guerra”
Las confrontaciones entre los ocupantes y opositores (en su mayoría venezolanos que residen en Washington), se incrementaron en los últimos días. Las disputas se generan por la situación política en Venezuela, aunque también se reportaron ofensas racistas y misóginas, así como acoso a la prensa.
Por su parte, el codirector del Consejo de Asuntos Hemisféricos (COHA), expresó que la capital estadounidense debe hacer valer la Convención de Viena. “EE.UU. tiene que ejercer todas las acciones posibles para proteger la integridad de todas las misiones diplomáticas […]. Hay que recordar que Venezuela está totalmente legitimada y reconocida plenamente por Naciones Unidas”.
El pasado miércoles, la compañía encargada de la provisión eléctrica a la Embajada decidió cortar la luz del inmueble pese a que la factura estaba pagada. El mismo día, el Servicio Secreto detuvo violentamente al presidente de la organización Veteranos por la Paz Gerry Condon, por tratar de ingresar alimentos para los activistas encerrados dentro de la misión diplomática.
Con información de Actualidad RT
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