El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dialoga con gobiernos europeos y otros aliados para evitar que actualicen sus redes 5G con la empresa tecnológica Huawei.
El país norteamericano considera a Huawei junta a otras compañías de la nación asiática apoyadas por Pekín como “caballos de Troya para la inteligencia china“, lo cual constituye una amenaza para su seguridad nacional.
Mientras que algunos países como Australia y Japón se sumaron a EE.UU. y también impusieron restricciones a la tecnología china, el bajo costo de los equipos de Huawei atrae a las naciones en desarrollo e incluso adquiere popularidad en Europa.
Según Keith Krach, subsecretario de Estado para Desarrollo Económico de Estados Unidos, incluso si Huawei consigue solo un pequeño papel en el 5G, eso permitirá a Pekín expandir su “estado de vigilancia” y espiar teléfonos y otros sistemas basados en redes.
“Existen numerosas herramientas financieras y esos tipos de cosas que pienso que muchos países como nosotros están dispuestos a proveer, porque reconocemos ese peligro”, declaró el alto funcionario.
A mediados de junio, el diario Folha de Sao Paulo informó, citando al embajador estadounidense en Brasil, Todd Chapman, que Washington negocia con la nación latinoamericana y sus compañías locales de telecomunicaciones un posible financiamiento de compras de equipos 5G producidos por Nokia y Ericsson.
Otro potencial proveedor “confiable de comunicaciones”, según Keith Krach, resultaría la compañía surcoreana Samsung.
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