El presidente de Israel advirtió el miércoles de la posibilidad de una guerra civil entre los árabes y los judíos del país, mientras la furia y el miedo por los intercambios de bombardeos con militantes palestinos en Gaza encendían la violencia en las calles de Israel.
Los llamamientos a la calma por parte de los líderes religiosos y políticos, así como los refuerzos policiales y las detenciones masivas, no parecieron servir para frenar los disturbios en varias ciudades de composición étnica mixta. La televisión israelí mostró lo que describió como “casi linchamientos” de automovilistas judíos y árabes.
Los disturbios fueron provocados por las protestas pro-palestinas, a veces violentas, de miembros de la minoría árabe indignados por el bombardeo aéreo israelí lanzado el lunes sobre Gaza después de que militantes islamistas dirigidos por Hamás lanzaran salvas de cohetes a través de la frontera.
Una sinagoga y varios coches fueron incendiados en el suburbio de Lod, en Tel Aviv, los automovilistas fueron apedreados en algunas carreteras y los manifestantes con banderas palestinas se enfrentaron a la policía en el norte del puerto de Haifa.
El miércoles, la policía dijo que las agresiones parecían ser más bien de judíos contra árabes, incluyendo una que se vio en la televisión en directo mientras era arrastrado de su coche y golpeado por una turba en la costa de Bat Yam.
La emisión del Canal 12, de máxima audiencia, se interrumpió con un llamamiento telefónico del presidente Reuven Rivlin para que “por favor, detenga esta locura”.
Guerra civil en Israel
“Estamos en peligro por los cohetes que se lanzan contra nuestros ciudadanos y nuestras calles, y nos ocupamos de una guerra civil sin sentido entre nosotros”, dijo el presidente, cuyo papel es en gran medida ceremonial.
El 21% de la minoría árabe de Israel -palestina por herencia, israelí por ciudadanía- desciende en su mayoría de los palestinos que vivieron bajo el dominio colonial otomano y luego británico antes de quedarse en Israel tras la creación del país en 1948.
La mayoría son bilingües en árabe y hebreo, y tienen un sentimiento de parentesco con los palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza ocupadas. Suelen quejarse de la discriminación sistémica y del acceso injusto a la vivienda, la sanidad y los servicios educativos.
Los disturbios internos de Israel han sido acogidos con satisfacción por Hamás, uno de cuyos portavoces instó a los ciudadanos árabes a “levantarse” contra “nuestro enemigo y el vuestro”.
Ayman Odeh, un alto legislador árabe israelí, acusó al gobierno conservador del primer ministro Benjamin Netanyahu y a sus posibles aliados de extrema derecha de avivar las tensiones étnicas.
“No debemos ceder a esto”, dijo Odeh en Twitter. “Una lucha común de árabes y judíos es la respuesta a la visión;violenta de Netanyahu, (Itamar) Ben-Gvir y (Bezalel) Smotrich”.
Violencia en Israel
Sin embargo, Netanyahu emitió una declaración en vídeo en la que se comprometía a conceder a la policía;poderes de emergencia para una represión.
“Esta violencia no es lo que somos”, dijo. “No me importa si te hierve la sangre”.
En Lod, la policía impuso un raro toque de queda nocturno. Pero los medios de comunicación israelíes;mostraron a jóvenes judíos, algunos con bates, en las calles.
Ibrahim, concejal árabe del municipio de Lod, dijo: “Lo que está ocurriendo ahora es (un) levantamiento que está;ocurriendo (en) ciudades como Ramle, Lod, Jaffa, Acre y Haifa”.
Calificó de “línea roja” lo ocurrido en Gaza y en Jerusalén, donde la policía israelí se ha enfrentado a palestinos;y árabes israelíes en una mezquita durante el mes sagrado del Ramadán.
Otro político árabe israelí local fue más circunspecto.
“Condenamos que la solidaridad y la cohesión de nuestro pueblo con nuestros hermanos de Jerusalén y la Franja;de Gaza se canalice a través de actos de sabotaje a la propiedad pública y privada”, dijo Samir Mahamid,;alcalde de la ciudad árabe norteña de Umm al-Fahm.
Benny Gantz, ministro de Defensa de Israel, calificó la violencia judeo-árabe de “no menos peligrosa que los cohetes de Hamás”.
“No debemos ganar la batalla de Gaza y perder en casa”, dijo.
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