Un residente de la ciudad de Milwaukee (Estados Unidos), mató a golpes a su hijo de cinco años, por comerse el último trozo del “cheesecake” que le habían regalado por el día del padre.
El hombre identificado como Travis StackHouse, de 29 años, le propinó puñetazos en el estómago, en la cara y se fue a un bar con amigos.
La madre del menor y novia del agresor, regresó a casa más tarde y cuando StackHouse regresó, ya sobre las 2 de la madrugada del 22 de junio, llamó al servicio de emergencias; porque algo estaba mal con uno de sus hijos.
Sin embargo, los especialistas no lograron salvarle la vida al pequeño y certificaron su muerte.
En este sentido, durante sus primeras declaraciones a las autoridades, el hombre aseguró que su hijo se había caído por las escaleras el pasado 21 de junio; mientras jugaba con otro niño. Pero, horas más tarde vomitó y se quejó de que le dolía el estómago, recogen medios locales.
Pero, los paramédicos determinaron que las lesiones del menor no coincidían con esta versión y determinaron que el niño murió de una herida contundente al abdomen.
Luego, Stackhouse confesó haber golpeado al menor y reveló a los agentes que estaba molesto al ver que tres de sus cinco hijos estaban comiendo el último trozo de su postre.
Finalmente, el 26 de junio la Fiscalía lo acusó de homicidio culposo en primer grado y fijó su fianza en 100.000 dólares. La audiencia preliminar de su caso tendrá lugar el 5 de julio. En caso de que lo hallen culpable, podría ser condenado a 60 años de prisión.
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