El conocido Síndrome del Villancico se une al de la silla vacía el 31 de diciembre para expresar nostalgia por lo que se deja atrás y, a veces, angustia por lo que viene.
las ultimas campanadas antes de iniciar un nuevo año están repletas de emociones como: alegría, tristeza, esperanzas y nostalgia. Justo en ese momento en el que la cuenta regresiva inicia, como arte de magia se afloran cada una de ellas, Las lágrimas se desbordan y es lo que algunos especialistas han denominado el Síndrome del Villancico.
Es como si se viera un flash back y flash forward de la vida, que hacen referencia a recuerdos y añoranzas ocurridos en esta época del año, pero sobre todo por los seres queridos.
Síndrome del Villancico
La familia es lo más importante que se tiene, pues es el refugio ante los problemas. El psicólogo Guillermo Alberto Hernández comenta cómo sobrellevar esta situación, que es el cierre de un ciclo vital en el que se expresa nostalgia por lo que se deja atrás y, a veces, angustia por lo que se viene sobre todo en un país en el que la mayoría de las familias están separadas por la diáspora.
“La distancia física no es impedimento para tener una cercanía con tus seres queridos y lo más reconfortante de todo es que los miembros involucrados se sientan regocijados. El saber que la unión continua y se fortalece, a pesar de la distancia, es un elemento que agrega valor a tu familia”, dice Hernández.
El continuo acercamiento y comunicación con quienes se fueron es primordial, pues de esto se derivará la intensidad de los sentimientos en esa fecha y las demás, para que la tristeza no les inunde el alma.
El amor a los seres queridos
“Yo particularmente recomiendo hábitos de conferencias familiares. Es decir, un día a la semana en particular para hablar de manera intencionada es decir no el típico ‘hola, ¿cómo estás?’ Sino saber realmente en que están hablar de los gustos sus anécdotas como marcha en el trabajo”.
Sugiere mantener la cercanía con los seres queridos cultivando la hermandad. Precisa que lo más importante es la fuerza de voluntad, la determinación; y en el caso de los que se han ido del país, tener claro del propósito de ellos al emigrar.
“La persona que se queda se puede replantear su escenario y planificar su tiempo de manera productiva. La comunicación es importante. Y tener temas de interés para las semanas. Hacer estas llamadas lo más ricas posibles en contenido y que se vuelvan un hábito”, finaliza Hernández.
Así cuando ‘5 pa’ las 12’ esté sonando “anunciado el año viejo se va”, los presentes inicien el conteo regresivo; y el cielo se ilumine no contenga las emociones, dele rienda sueltas y reconfórtese que “la alegría del año viene ya”.
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