A medida que la variante delta del coronavirus se extiende en el sureste de China, los médicos dicen que están descubriendo que los síntomas son diferentes y más peligrosos que los que vieron cuando la versión inicial del virus comenzó a propagarse a finales de 2019 en la ciudad central de Wuhan.
Los pacientes están enfermando más y sus condiciones están empeorando mucho más rápidamente, dijeron los médicos a la televisión estatal el jueves y el viernes. Cuatro quintas partes de los casos sintomáticos desarrollaron fiebre, dijeron, aunque no estaba claro cómo se comparaba con los casos anteriores. Las concentraciones de virus que se detectan en sus cuerpos suben a niveles más altos que los vistos anteriormente y luego disminuyen sólo lentamente, dijeron los médicos.
Hasta el 12% de los pacientes enferman de forma grave o crítica en los tres o cuatro días siguientes a la aparición de los síntomas, dijo Guan Xiangdong, director de medicina de cuidados intensivos de la Universidad Sun Yat-sen de la ciudad de Guangzhou, donde se ha centrado el brote. En el pasado, la proporción había sido del 2% o el 3%, aunque ocasionalmente llegaba al 10%, dijo.
Último brote de coronavirus en China
Los médicos de Gran Bretaña y Brasil han informado de tendencias similares con las variantes que circularon en esos países, pero aún no se ha confirmado la gravedad de esas variantes.
Los testimonios de China son el último indicio de los peligros que plantea el delta, que la Organización Mundial de la Salud calificó el mes pasado de “variante preocupante”. Identificada por primera vez esta primavera en la India, donde se le atribuyó el sufrimiento y la muerte generalizados, delta se ha convertido desde entonces en la variante dominante en Gran Bretaña, donde los médicos sugieren que es más contagiosa y puede infectar a algunas personas que han recibido sólo una de las dos dosis de la vacuna COVID-19.
Sin embargo, China dispone de datos excepcionalmente detallados, ya que realiza pruebas esencialmente universales en las proximidades de los brotes, lo que permite a los funcionarios reunir información detallada sobre el alcance de los casos.
Variación Delta
La propagación de Delta en el sureste de China centra más la atención en la eficacia de las vacunas de fabricación propia. Las autoridades chinas no han indicado cuántas de las nuevas infecciones se han producido en personas que habían sido vacunadas.
En algunos otros países en los que las vacunas de fabricación china se utilizan ampliamente, como las Seychelles y Mongolia, las infecciones entre las personas vacunadas están aumentando, aunque se ha informado de que pocos pacientes han desarrollado una enfermedad grave.
En la cercana ciudad de Shenzhen se registraron la semana pasada un puñado de casos de la variante alfa, que apareció por primera vez en Gran Bretaña.
Mientras otras partes del mundo siguen luchando por adquirir y administrar un gran número de pruebas de coronavirus, el sureste de China ha utilizado su producción local de productos químicos escasos para realizar pruebas a una escala notable. Las autoridades dijeron que habían realizado 32 millones de pruebas en Guangzhou, que tiene 18 millones de habitantes, y 10 millones en la ciudad adyacente de Foshan, que tiene 7 millones.
Guangzhou también ha aislado y puesto en cuarentena a decenas de miles de residentes que habían estado cerca de los infectados. Las pruebas y la cuarentena parecen haber ralentizado pero no detenido el brote. La Comisión Nacional de Salud de China anunció el viernes que el día anterior se habían detectado nueve nuevos casos en Guangzhou.
“La epidemia no ha terminado todavía, y el riesgo de transmisión del virus sigue existiendo”, dijo Chen Bin, subdirector de la Comisión Municipal de Salud de Guangzhou.
Puedes seguir leyendo: China, cambio climático y vacunación contra el coronavirus: los puntos principales que acordaron los líderes del G7
“Si quieres visualizar esta y otras noticias desde tu celular, síguenos en TELEGRAM
