El gobernador del estado de Arizona, Doug Ducey, aseguró que está dispuesto a recibir a los 30 equipos de las Grandes Ligas, una vez las condiciones de salud pública lo permitan.
De esta forma, podría comenzar la campaña de béisbol, principalmente en parques de pretemporada y sin público.
La oficina de las mayores y el sindicato de peloteros sostuvieron discusiones preliminares sobre formas posibles de dar inicio a la temporada; en caso de que reciban el visto bueno de autoridades federales, estatales y locales, así como de los funcionarios de salud.
Entre los planes que se abordaron figura uno en que todos los equipos se congregarían en el área de Phoenix. Existen 10 parques de pretemporada en la zona, además del Chase Field, casa de los Arizona Diamondbacks, que cuenta con techo retráctil.
Adicionalmente, Arizona cuenta con otros parques en las instalaciones de distintas universidades para que los equipos de Grandes Ligas celebren sus partidos.
“Arizona, en el momento oportuno, tendrá la mentalidad muy abierta para albergar cualquier juego que deseen las Grandes Ligas en el estado. En el momento en que esto sea apropiado en materia de salud pública, si Arizona está en una posición de reabrir, tenemos todas las instalaciones que están acá”, explicó el gobernador Ducey.
Ducey reveló también que conversó con el comisionado de las mayores, Rob Manfred, sobre la opción de Arizona.
“Existen numerosos escenarios posibles. Pienso que el primer escenario del que se habló fue la idea de que estos clubes vinieran, estuvieran en hoteles y en cierto modo cumplieran sus propias órdenes de quedarse en casa, en este caso en el hotel o dentro del estadio sin fanáticos… constituye algo para lo que Arizona tiene la mentalidad abierta y yo también”, detalló.
Preocupación por parte de peloteros
Por otra parte, muchos peloteros y empleados manifestaron su preocupación de alejarse mucho tiempo de sus familias, en caso de concentrarse durante meses en Arizona.
En ese sentido, el cátcher de Minnesota Twins, Mitch Garver, se preguntó cómo funcionará el plan.
“¿Dónde viviríamos? ¿Quién podría venir con nosotros? ¿Sólo tendríamos permiso de ir al campo y volver al hotel? ¿Qué tipo de hotel? ¿Con qué instalaciones trabajaríamos? ¿Habrá dinero para los alimentos?. Y luego está la salud de los jugadores. Hablamos de jugar en un calor de 120 grados, en campos de pretemporada que potencialmente carecerán de vestuarios para los visitantes”, cuestionó el pelotero.
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