Tras su regreso a la semifinal de la Liga de Campeones luego de caer en cuartos por tres años consecutivos, el Barcelona de Lionel Messi pondrá a prueba su condición de favorito frente al subcampeón del torneo, el Liverpool de un Klopp que se adelantó en calentar el ambiente significando que el Camp Nou “solo es un estadio grande, pero no un templo del fútbol”.
Templo del fútbol o simplemente un estadio sin alma como le ninguneó el técnico alemán, el Camp Nou vivirá este miércoles un duelo enorme, probablemente el más decisivo de los últimos años y que en el vestuario se confía encienda el ánimo de la hinchada a la altura de aquella inolvidable noche del 6-1 sobre el PSG, cuando todos los futbolistas coincidieron en afirmar que había sido la afición la gran responsable de la mayor remontada vista en la historia de la Champions.
Con la Liga sentenciada y la Copa aparcada hasta el 25 de mayo en el Barça solo se respira Champions. Superado con suficiencia el escollo de los cuartos de final, al barrer sin más complicaciones a un Manchester United que apenas disfrutó de cinco minutos de sueño en el Camp Nou, el equipo azulgrana se encuentra ante el escenario deseado por su entrenador, que al dosificar a sus estrellas con mimo, llega al momento de la verdad con el vestuario pletórico.
Dominio de los Reds sobre Barcelona
El Liverpool presenta la historia de sus duelos con el Barça como mejor argumento y el Barça está obligado a poner el fútbol en el escenario como razón principal para romper esa estadística histórica. A la presión e intensidad de los reds responderán los culés con posesión, posición, combinación y toque… Y la presión que sobrevuela el ambiente, después de tres años de fiascos.
En esta eliminatoria entre dos equipos calificados como favoritos en caso de llegar a la final, será tan trascendente esperar la mejor versión de Messi como desmenuzar todos los planes de Klopp, confiar en el despertar de Suárez y el mantenimiento de Coutinho como en la seguridad de Piqué ante Salah y Firmino.
Apoyado por 5 mil aficionados en el Camp Nou, el Liverpool suspira con salir indemne de la cita para sentenciar en Anfield. El Barcelona sabe que es utópico imaginar lo contrario, pero después de 31 partidos europeos sin conocer la derrota como local, confía en dar ese primer paso hacia el Wanda.
Con información de ESPN
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