Antes de que iniciara una nueva reunión del comité conjunto del acuerdo nuclear de 2015 este domingo, Irán acusó al Reino Unido de violar dicho pacto luego de retener un buque petrolero de la República Islámica en Gibraltar.
Las cinco potencias que aun pertenecen al denominado plan conjunto de acción (JCPAO en sus siglas en inglés), comenzaron discusiones con Irán para determinar cómo mantener el pacto. Actualmente se encuentra en peligro luego de la renuncia por parte de Estados Unidos (EE.UU.) y los recientes incumplimientos iraníes.
Según la televisión iraní Irib, el negociador nuclear iraní Abas Araqchi indicó este domingo en Viena que la retención de un buque petrolero iraní en Gibraltar “fue una violación del JCPOA. Nuestros socios del acuerdo no deberían causar ningún problema con respecto a la exportación iraní de petróleo”.
De esta forma, Irán introduce por primera vez en estas conversaciones las recientes tensiones en torno a buques petroleros.
Irán no cumple desde hace semanas varias de sus obligaciones referentes a la cantidad y pureza del uranio enriquecido, material que posee aplicaciones civiles y militares. Por su parte, éstos acusan a los europeos de no garantizar sus beneficios económicos del acuerdo en medio de las sanciones estadounidenses, incluido un severo embargo petrolero.
Del lado de la Casa Blanca, acusa a Irán de desestabilizar Oriente Medio, con sus actuaciones en las guerras de Siria y el Yemen, y su apoyo al grupo extremista palestino Hamás en Gaza.
Irán presiona a EE.UU. y Reino Unido
Irán exige vender su petróleo, por lo que presiona a EE.UU. y Reino Unido con acciones contra algunos buques petroleros en el estrecho de Ormuz, en el golfo Pérsico. Los tres países europeos del acuerdo -Francia, el Reino Unido y Alemania-, apoyados por Rusia y China, aseguran facilitar el comercio con Irán.
Para eso crearon un mecanismo financiero, llamado Instex, que evita los efectos de las sanciones estadounidenses para las empresas europeas que hacen comercio con la República Islámica.
El tratado, firmado en 2015 también por EE.UU., limita el programa nuclear de Irán a cambio de alivios económicos para la República Islámica, siempre con el objetivo de evitar que ese país se haga con bombas atómicas.
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