Al antropólogo social Thomas Hylland Eriksen, profesor de la Universidad de Oslo le interesan las reacciones ante los cambios. La pandemia del coronavirus le ha ayudado a contextualizar las reacciones de nuestras sociedades ante las fauces del caos. Luego de patinar sobre una delgada capa de normalidad, ahora, ya caídos en el hoyo, nos desconocemos.
En los últimos años su trabajo se ha concentrado en cambios acelerados en el mundo. Sus investigaciones elaboran proyecciones sobre las relaciones sociales que se están gestando. Cómo aceptarán los países los cambios necesarios para la convivencia con el coronavirus es una inquietud de su trabajo.
Thomas Hylland Eriksen se vió sorprendido por la rapidez con la que se desarrolló la transformación de nuestra realidad. La velocidad y sus consecuencias inmediatas. “Me impactó la velocidad, la urgencia y el drama. También el hecho que hubo poca coordinación internacional”, afirmó Thomas Hylland Eriksen. Las diferentes reacciones de países ante la expansión de la COVID-19 resultaron sorprendentemente reveladoras.
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Según el antropólogo las reacciones de la gente han demostrado el tipo de relación que guardan con sus gobiernos. “En algunos países la gente tuvo que ser forzada, inclusive amenazada para cumplir”. Europa brinda algunos ejemplos. “En Francia, por ejemplo, se impusieron algunas de las medidas más estrictas del continente. En España e Italia, si se violaban las reglas se recibiría una cuantiosa multa.”
Si amenazas, obedecen
Un caso citado por Thomas Hylland Eriksen que resalta especialmente es el de Kenia. Este país desplegó a policías y paramilitares fuertemente armados para asegurar el cumplimiento de las restricciones. La desobediencia de las medidas de contención implicaba la muerte.
Thomas Hylland Eriksen explica la aplicación de esta política extrema a la confianza. “Eso nos dice algo de la confianza, de la distancia que puede haber entre el gobierno y los gobernados. El gobierno no confía en el pueblo que gobierna y viceversa. Hay un nivel bajo de confianza y hay que amenazar a la gente para que haga lo que se le pide”.
Thomas Hylland Eriksen subraya igualmente la conducta de los países autoritarios. Estos han manipulado la crisis para desarrollar tendencias que profundicen el autoritarismo. “Este sería el caso de China, como muchos han señalado, pero también países como Hungría o Turquía”.
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Estados Unidos no se escapó de la aguda visión de Thomas Hylland Eriksen. “Estados Unidos muestra lo poco integrado que está porque simplemente no se pone de acuerdo consigo mismo sobre nada”. El elevado número de casos de contagios que ostenta esa nación está alimentada por “su situación bastante caótica y peligrosa”.
