Black Lives Matter (Las vidas negras importan), el movimiento racial que nació en Estados Unidos en 2013 se extiende por el mundo y llega a Europa.
Las protestas comenzaron con un simple hashtag en las redes sociales por la muerte del adolescente afroamericano Trayvon Martin. Luego obtuvo reconocimiento a nivel nacional por sus manifestaciones después de la muerte de dos afroamericanos en 2014: Michael Brown y Eric Garner.
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Ahora, siete años después ya cuenta con una estructura de 16 capítulos en Estados Unidos y se extiende a Europa. Lideran las protestas contra la brutalidad policial y el racismo en general.
Sin embargo, el movimiento que se nutre de históricas luchas por los derechos civiles como Panteras Negras, recibe también críticas. Se le acusa de ser un capítulo ideológico que recibe millonarias subvenciones de regímenes autoritarios y de callar miles de muertes.
Black Lives Matter se extiende
También se les señala de pretender defenestrar a Donald Trump de la Casa Blanca. Recientes reportes señalan que en Londres, París y Berlin ya se escuchan las protestas raciales al compás de Black Lives Matter.
La muerte de George Floyd ocurrida a finales de mayo en Minnesota pudo en el tapete a la agrupación que respaldan diferentes artistas. Las redes sociales sirven de caja de resonancia de debates sobre los saqueos e incendios provocados por los negros en Estados Unidos.
La destrucción de estatuas gira en torno al racismo institucionalizado anclado en el sistema social de Estados Unidos. Frente a las protestas raciales, la NBA anunció que estudia pintar en las canchas el lema Black Lives Matter.
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Sus promotores niegan ser parte de un partido político que utiliza las amenazas y la destrucción para obligar a la gente a aceptarlos.
Por lo pronto profesores universitarios de raza negra alertan acerca de las protestas violentas que culminan con muertes y destrucción de bienes públicos y privados.
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