El algoritmo de Netflix nos ha llevado a consumir cine y series como no lo habíamos hecho hasta ahora. Los recursos de la plataforma que cuenta con cerca de 120 millones de usuarios a lo largo del mundo incluyen un arduo trabajo técnico. Su algoritmo de recomendación ha sido su gran herramienta. Prácticamente lo saben todo.
“Sabemos a qué hora del día se conecta nuestro cliente, cuánto tiempo pasa en la plataforma, sabemos qué vio antes y qué después; incluso sabemos si lo hizo desde el ordenador, desde una tablet o el móvil. Tenemos mucha información”, explicó Todd Yellin, vicepresidente de producto de la compañía.
Algoritmo de Netflix con poco tiempo
Pero Netflix es consciente de que solo tiene 90 segundos para conseguir que el usuario que accede a su plataforma empiece a reproducir un contenido. Si no lo logra en ese tiempo, es posible que la persona se ponga a hacer otra actividad, que vuelva a la televisión tradicional o que pruebe con otra plataforma.
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Jorge Gallardo Camacho, Director del Grado en Comunicación, Profesor e investigador de la Universidad Camilo José Cela hurga en los “trucos” que hacen posible el enganche. The Conversation se encargó de publicar sus aciertos.
El algoritmo de Netflix categoriza a cada espectador en función de su actividad. Recuerda sus preferencias para recomendarle contenidos vinculados a una determinada edad o sexo y a sus gustos audiovisuales. Incluso tiene en cuenta si le interesan especialmente los contenidos LGTB.
Obra de arte
Los usuarios dedican 1,8 segundos para decidir si un contenido le gusta o no. Por eso Netflix da una prioridad absoluta a la fotografía que ilustra sus series y películas. Ese fotograma, imagen u “obra de arte” como la denomina Netflix, influye más de un 80 % en la decisión final del espectador.
Una prueba con tres usuarios diferentes demuestra como el algoritmo de Netflix elige las imágenes. Se trata de ver qué cuales ofrece la serie Dinastía para cada uno de ellos.
A un usuario gay joven que consume contenidos LGTB como la serie POSE, le aparece un fotograma de dos chicos besándose. Al perfil de un joven heterosexual le aparece la imagen de una pareja heterosexual de su franja de edad. Al perfil de un hombre adulto heterosexual le aparece la fotografía de una pareja heterosexual mayor.
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La plataforma no oculta esta categorización y asegura que esta estrategia fomenta el consumo de sus productos. Cada vez se tienen en cuenta más factores a la hora de diseñar las imágenes que ilustran los contenidos: actores preferidos, país de consumo y otros elementos además de los gustos por un género u otro. El algoritmo de Netflix arma su telaraña.
El big data ha llegado para quedarse y la personalización del empaquetado de los productos es clave para obtener el interés del espectador. Una sola imagen, sin movimiento, es la responsable de que nos decantemos por uno u otro contenido ante miles de horas de series y películas por elegir.
